La primera década de la revista El Víbora es de Nazario, Max, Liberatore, Gallardo, Pazienza, Martí... pero también de Alfredo Pons. El artista, tanto como autor en solitario o como guionista, realizó series como Maria Lanuit, Ansiedad, Internas, Escalera de vecinos, Sarita... y numerosas historias cortas como Causa y efecto.
Alfredo Pons (1958-2002) participó de lleno en la corriente underground que invadió las páginas de comic españolas a partir de la muerte del dictador. Su marginalidad era más temática que formal y se basó en el uso de personajes, situaciones y ambientes sórdidos pero reales sin ningún tipo de filtro edulcorante. El crimen, la prostitución, las drogas y el sexo son una constante en sus relatos pero también el amor, la pasión, la venganza y el deseo de escapar de la infelicidad. Causa y efecto es una historia algo atípica en la obra del autor barcelonés ya que cuenta con unos protagonistas menos marginales, más asentados en la sociedad pero con pasiones y motivaciones igual de turbias e inconfesables.
Alfredo Pons (1958-2002) participó de lleno en la corriente underground que invadió las páginas de comic españolas a partir de la muerte del dictador. Su marginalidad era más temática que formal y se basó en el uso de personajes, situaciones y ambientes sórdidos pero reales sin ningún tipo de filtro edulcorante. El crimen, la prostitución, las drogas y el sexo son una constante en sus relatos pero también el amor, la pasión, la venganza y el deseo de escapar de la infelicidad. Causa y efecto es una historia algo atípica en la obra del autor barcelonés ya que cuenta con unos protagonistas menos marginales, más asentados en la sociedad pero con pasiones y motivaciones igual de turbias e inconfesables.
El estilo de Alfredo Pons es muy personal pero parte de las enseñanzas de grandes maestros de la narración gráfica como Will Eisner y Johnny Craig.
Su hábitat preferido se circunscribe a pocos centenares de metros a la redonda con Las Ramblas de Barcelona como epicentro. La hora preferida por Pons es ésta donde la noche se resiste a finalizar para dejar paso al día. Sus personajes suelen bordear la marginalidad sin caer en ella de pleno; prostitutas, adolescentes despistados de ambos sexos, camellos o simplemente seres que buscan su felicidad de manera torpe y desesperada. Los presenta a menudo aplastados en sus camas casi sin poder soportar el peso de su existencia o mirando por una ventana con un irresistible deseo de escapar.
Esta historia la podéis encontrar el la revista El Víbora #118 de 1989, desconozco si está recopilada en álbum.
Tengan cuidado ahí fuera.
Excelente trabajo de Pons, no cabe duda.
ResponderEliminarNo lo conocía, dado que El Víbora fue una de las revistas que tuve que descartar en su momento (años 80-90), cuando me di cuenta de que no podía gastarme tanto dinero en cómic.
Jesús,
ResponderEliminarEl Víbora hasta el 150 más o menos mantuvo un nivel bastante alto, alternando cosas sublimes y únicas (Max, Liberatore, Petillon, Jaime Hernandez, Pazienza o Pons) con otras más frikis. Luego fue cayendo paulatinamente en la simple pornografía hasta el final.
Saludos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar